Hoy en día es frecuente escuchar a pequeños y medianos productores que poseen entre 5 y 250 vientres comentar que "fabricar su propio alimento resulta más rentable". Sin embargo nada más alejado de la realidad, ésta práctica puede ser engañosa y, en muchos casos, termina siendo poco rentable y contraproducente para su producción.
La mayoría de los pequeños y medianos productores no tienen acceso a fórmulas nutricionales diseñadas por especialistas en nutrición para porcinos. Esto los lleva a utilizar mezclas genéricas que, aunque pueden parecer más económicas, no cumplen con los requerimientos nutricionales adecuados para los animales en producción. Como resultado generalmente, estos animales se mantienen en un estado de subproducción o improductividad, ya que no reciben los nutrientes necesarios para alcanzar su potencial máximo. Este déficit en la nutrición impacta en aspectos como el crecimiento, la tasa de reproducción o fertilidad a lo largo de su vida y en la eficiencia alimenticia, resultando en una menor rentabilidad a largo plazo.
¿A partir de qué punto es rentable producir mi propio alimento?
Para que fabricar alimento en la granja sea una opción rentable, tanto desde el punto de vista económico como productivo, se requiere una escala de producción que permita absorber los costos asociados y garantizar los estándares de calidad necesarios. Se recomienda considerar esta opción cuando se cuenta con al menos 300 - 400 vientres en producción continua, ya que a partir de este punto los volúmenes producidos pueden justificar la inversión en maquinaria, insumos y mano de obra calificada. Además, a tal punto los productores generalmente ya se encuentran con estándares de calidad y procesos productivos establecidos, que les permiten tener buenos resultados y mantenerlos sobre el tiempo a través de auditorias y controles internos algo así como en este punto "el negocio marcha solo".
¿Qué implica producir mi propio alimento de manera rentable?
Producir un alimento de calidad va mucho más allá de mezclar ingredientes básicos. Para lograrlo de forma efectiva, es esencial contar con:
1. Una formulación nutricional especializada
Contar con una formulación nutricional diseñada específicamente por un nutricionista especializado en porcinos es uno de los pilares fundamentales para alcanzar un rendimiento óptimo en la producción porcina. A continuación, se presentamos algunas razones y argumentos sólidos de por qué esta especialización es esencial y cómo impacta la rentabilidad y la productividad de la granja:
- Requerimientos nutricionales específicos por etapa productiva: Los cerdos pasan por diferentes fases en su ciclo de vida (inicio, crecimiento, desarrollo, reproducción y engorde), y cada una de estas etapas requiere un balance específico de nutrientes. Por ejemplo, los lechones en etapa de destete necesitan una dieta alta en proteínas de alta calidad y ciertos aminoácidos para fomentar un rápido crecimiento y robustez. En cambio, las cerdas reproductoras requieren una dieta que garantice su salud reproductiva y prepare su cuerpo para la lactancia. Un nutricionista especializado en porcinos ajusta la fórmula para cada etapa, optimizando la conversión alimenticia y reduciendo el desperdicio de nutrientes, lo cual se traduce en un menor costo por kilo de carne producido.- Optimización de la conversión alimenticia: Una dieta bien formulada permite que los cerdos conviertan el alimento en peso de manera más eficiente, reduciendo los costos de alimentación y aumentando la productividad. La conversión alimenticia es uno de los indicadores más importantes en la porcicultura, ya que representa cuántos kilos de alimento son necesarios para que el animal gane un kilo de peso. Sin una formulación adecuada, los cerdos no aprovechan al máximo el alimento y se genera un aumento en los costos, ya que se requiere más cantidad de alimento para obtener el mismo nivel de ganancia de peso.
- Prevención de deficiencias y excesos nutricionales: Una formulación sin supervisión profesional suele caer en el error de incluir nutrientes de más o de menos. Los excesos de ciertos minerales o vitaminas, además de no aportar beneficios adicionales, pueden llegar a ser perjudiciales para la salud del animal, mientras que las deficiencias nutricionales afectan directamente el crecimiento y la salud de los cerdos. Un nutricionista en porcinos equilibra las cantidades de cada componente, asegurando que los animales reciban exactamente lo que necesitan, en las proporciones adecuadas para cada etapa de su vida.
- Ajuste de la dieta a la calidad y disponibilidad de ingredientes: Los ingredientes para la producción de alimento, como maíz, soja, harinas y subproductos, pueden variar en calidad y disponibilidad a lo largo del año debido a factores como las condiciones climáticas o el mercado. Un nutricionista capacitado puede ajustar la formulación en función de los ingredientes disponibles, sin comprometer la calidad ni el balance nutricional. Esta flexibilidad permite al productor adaptar la dieta sin afectar la productividad, optimizando los costos y aprovechando los recursos locales cuando sea posible.
- Reducción de problemas de salud y mejora en el bienestar animal: Una formulación correcta no solo se centra en el crecimiento y la ganancia de peso, sino también en prevenir problemas de salud que puedan afectar la rentabilidad de la granja. Por ejemplo, un exceso de proteínas o un déficit de fibra en la dieta puede provocar trastornos digestivos como diarrea, que afectan la salud de los animales y generan costos adicionales en tratamientos y pérdidas de productividad. Al adaptar la dieta a las necesidades específicas de cada etapa y condición, el nutricionista ayuda a mantener a los cerdos sanos y en un estado de bienestar óptimo, lo cual reduce los gastos veterinarios y mejora los índices de supervivencia y crecimiento.
- Maximización del potencial genético de los animales: En la actualidad, muchas líneas genéticas de cerdos están diseñadas para maximizar la producción en condiciones específicas de manejo y nutrición. Sin una dieta ajustada a las características genéticas de los animales, los cerdos no alcanzarán su potencial productivo completo. Un nutricionista especializado en porcinos toma en cuenta la genética de los animales al momento de formular la dieta, asegurando que reciban los nutrientes necesarios para aprovechar y expresar al máximo su capacidad. Esto se traduce en una mayor rentabilidad, ya que los animales alcanzan su peso óptimo en menos tiempo y con un consumo de alimento más eficiente.
- Ahorro económico a largo plazo: Aunque contar con la asesoría de un nutricionista puede representar una inversión inicial, el retorno de esta inversión se refleja en una mayor eficiencia y en menores costos a lo largo del tiempo. Al optimizar la dieta, se reduce el desperdicio de insumos y se minimizan los problemas de salud, lo cual reduce significativamente los costos operativos de la granja. Además, una dieta equilibrada disminuye la variabilidad en el rendimiento de los animales, lo cual permite hacer proyecciones más precisas sobre la producción y las necesidades de alimentación, facilitando la planificación y la gestión financiera de la granja.
2. Maquinaria de calidad
Equipos como molinos, mezcladores, peletizadoras y extrusores son necesarios para asegurar una mezcla homogénea y su cocción esto, hace que se optimice la digestibilidad de los nutrientes y la formula pueda ser aprovechada en máximo nivel. Estos equipos representan una inversión inicial significativa que solo se justifica en granjas de gran escala.
3. Estándares de calidad y procesos sanitarios
La producción de alimento para cerdos no solo implica mezclar los ingredientes correctos, sino también garantizar que estos ingredientes mantengan su calidad y aporten el valor nutricional que cada fase del animal necesita. La evaluación regular del alimento producido es fundamental para asegurar que los niveles de nutrientes como proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales se mantengan dentro de los rangos óptimos para cada etapa de crecimiento y producción de los cerdos. Aquí mencionamos algunas razones de por qué el control constante de calidad es crucial y cómo impacta en la productividad y rentabilidad de una granja porcina:
- Variación en la composición de los ingredientes: Muchos de los ingredientes utilizados en la alimentación porcina, como el maíz, la soja o los subproductos del trigo, pueden presentar variaciones significativas en su contenido nutricional debido a factores como la calidad de la cosecha, el almacenamiento y la procedencia geográfica. Sin un control de calidad constante, estas variaciones pueden afectar la formula final, haciendo que el alimento sea insuficiente o inadecuado para las necesidades de los cerdos. Esta falta de precisión en los nutrientes se traduce en un menor crecimiento, menos producción de carne y una conversión alimenticia deficiente, lo cual afecta directamente la rentabilidad.
- Presencia de micotoxinas y contaminantes: Los ingredientes de origen vegetal, como los granos, están expuestos a contaminantes naturales como las micotoxinas, producidas por ciertos tipos de hongos que se desarrollan durante el almacenamiento en condiciones de alta humedad. Las micotoxinas son altamente perjudiciales para la salud de los animales, ya que afectan el sistema inmunológico, el rendimiento reproductivo y la eficiencia alimenticia, entre otros. Sin un control de calidad regular que detecte estos contaminantes, los riesgos de pérdida productiva aumentan considerablemente, y, en el peor de los casos, pueden provocar enfermedades y mortalidad en los animales, afectando drásticamente la rentabilidad.- Consistencia en la mezcla y digestibilidad de los nutrientes: Para que el alimento sea aprovechado al máximo por los cerdos, debe tener una consistencia adecuada y un tamaño de partícula óptimo. Esto se logra a través de maquinaria específica que garantiza una mezcla homogénea y un procesamiento que maximiza la digestibilidad. Un control de calidad constante permite verificar que la mezcla sea homogénea y que los animales reciban la misma cantidad de nutrientes en cada ración. Sin este control, los animales pueden recibir una dieta desequilibrada, con deficiencias o excesos de ciertos nutrientes, lo que afecta su desempeño y bienestar.
- Prevención de pérdidas económicas a largo plazo: La falta de control en la calidad del alimento puede llevar a problemas de salud en los cerdos, como enfermedades digestivas y deficiencias nutricionales que impactan negativamente en su crecimiento y rendimiento reproductivo. Además de los costos directos asociados con el tratamiento de enfermedades, los animales subalimentados o mal alimentados tienden a presentar una conversión alimenticia más alta, es decir, requieren más alimento para ganar el mismo peso que un animal bien alimentado. Esto representa un gasto adicional en insumos que, a largo plazo, puede traducirse en pérdidas económicas significativas para el productor.
- Cumplimiento de estándares de bioseguridad: La producción de alimento en la granja requiere cumplir con altos estándares de bioseguridad para evitar la contaminación con bacterias, virus u otros agentes patógenos que puedan afectar a los animales. Un programa de control de calidad bien estructurado asegura que cada etapa del proceso, desde la recepción de los ingredientes hasta la mezcla y el almacenamiento, cumpla con las normativas locales. Esto no solo protege la salud de los cerdos, sino que también previene la propagación de enfermedades en la granja/zona, lo cual es esencial para evitar brotes que puedan arruinar la productividad y generar altos costos en tratamientos y pérdidas de animales.
- Garantía de un producto final consistente y confiable: En el mercado porcino, la consistencia en la calidad del producto final es fundamental para asegurar la satisfacción del consumidor y la reputación del productor. Al producir el alimento en la propia granja, sin un control de calidad riguroso y constante, es difícil mantener la consistencia y garantizar que cada lote de alimento tenga los mismos estándares. Un alimento inconsistente afecta el crecimiento de los animales y puede generar variaciones en el rendimiento, lo cual impacta en la calidad de la carne producida. Los compradores de cerdos o carne suelen exigir altos estándares, y la falta de consistencia puede hacer que el productor pierda oportunidades de negocio y credibilidad en el mercado.
Para los pequeños y medianos productores, la alternativa más rentable y práctica suele ser adquirir alimento comercial formulado específicamente para porcinos, el cual ha sido diseñado y aprobado por expertos. Esto les asegura que los animales recibirán una nutrición balanceada y adecuada para cada fase de crecimiento, sin incurrir en los costos de infraestructura, maquinaria y personal especializado.
La producción de alimento propio puede ser rentable solo a partir de un cierto volumen y con una inversión considerable en conocimiento, infraestructura y control de calidad. Sin estos elementos, es muy probable que los resultados sean subóptimos y terminen afectando la rentabilidad y productividad de la granja a mediano y largo plazo.
Este mensaje busca informar y ayudar a tomar decisiones inteligentes y conscientes, priorizando el bienestar de los animales y la rentabilidad sostenible de su granja - Laura Varela, CEO Asagropecuarias Col.
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