El calostro, esa primera secreción láctea producida por las cerdas (y todos los mamíferos) tras el parto, es mucho más que un simple alimento. Es un elixir vital para los lechones recién nacidos, rico en anticuerpos maternos, nutrientes, factores de crecimiento y una plétora de componentes bioactivos que garantizan su salud y desarrollo.
Un Escudo Protector para la Vida:
Como bien describe el texto original, el calostro es fundamental para la transferencia pasiva de inmunoglobulinas (IgG, IgM e IgA), las cuales actúan como un escudo protector contra las enfermedades a las que los lechones son susceptibles en sus primeras etapas de vida. Un estudio publicado en el Journal of Animal Science (Hurley, 2004) demostró que la concentración de IgG en el calostro disminuye rápidamente en las primeras horas después del parto, destacando la importancia de un consumo temprano. De hecho, para que esta transferencia sea efectiva, los lechones deben ingerir calostro dentro de la primera hora de vida, ya que la capacidad de absorción del epitelio intestinal disminuye con el tiempo (Ramírez, 2022).
Más Allá de los Anticuerpos:
Pero el calostro es mucho más que un simple vehículo de anticuerpos. Inoue (2021) identificó 113 tipos de proteínas con actividad antimicrobiana en el calostro porcino, incluyendo lactoferrina, transferrina y azurocidina. Además, contiene citoquinas, oligosacáridos, factores de crecimiento (como la insulina I y II), leucocitos, linfocitos y otros componentes que promueven el desarrollo del sistema inmunitario, la maduración del tracto digestivo y el crecimiento de los lechones.
Composición Química: Una Fórmula Única:
El calostro se diferencia de la leche madura en su composición química. Presenta una menor concentración de lactosa (3-5%) y grasa (5-8%), pero un mayor porcentaje de materia seca (18-28%) y proteínas (5-17%) (Whittemore, 1993). Esta mayor concentración de proteínas se debe principalmente a la presencia de inmunoglobulinas, cuya concentración en el calostro puede llegar a ser 10 veces mayor que en la leche madura (Hurley, 2004; Frenyo et al., 2014).
Consumo de Calostro: Un Factor Determinante:
La cantidad de calostro que consume un lechón en sus primeras 24 horas de vida es crucial para su supervivencia y desarrollo. Se estima que un lechón debe ingerir entre 200 y 600 gramos de calostro, aunque se han reportado consumos de hasta 900 gramos (Devillers, 2012). Estudios han demostrado una clara correlación entre el consumo de calostro y la mortalidad en lechones. Lechones que consumen menos de 100 gramos tienen una mortalidad del 60%, mientras que aquellos que consumen 200 gramos o más reducen la mortalidad al 10% (Devillers, 2012). Se ha establecido un consumo mínimo de 250 gramos para asegurar un adecuado desarrollo hasta el destete.
Factores que Influyen en el Consumo de Calostro:
Diversos factores pueden influir en la cantidad de calostro que consumen los lechones, entre ellos:
- Número de lechones por camada: Camadas más numerosas suelen tener lechones con menor peso al nacer y, por lo tanto, menor capacidad de consumo (Baltazar, 2019).
- Posición de las mamas: Aunque existe la creencia de que los lechones que maman de las tetas posteriores son más pesados, no todos los estudios confirman esta diferencia (Devillers, 2012).
- Inducción del parto: Las cerdas inducidas al parto con prostaglandinas pueden producir menos calostro (Devillers, 2012).
Recomendaciones para un Manejo Óptimo del Calostro:
- Asegurar el consumo temprano: Priorizar el acceso al calostro dentro de la primera hora de vida.
- Evitar el suministro de agua o sustitutos lácteos antes del calostro: El calostro es un alimento único e irremplazable en las primeras horas de vida (Inoue, 2021).
- Establecer un consumo mínimo de 250 gramos por lechón: Monitorear el consumo y asistir a los lechones más débiles.
- Vacunación adecuada de las cerdas: Garantizar la transferencia de anticuerpos específicos contra las enfermedades prevalentes en la zona.
- Creación de un banco de calostro: Congelar el calostro sobrante para utilizarlo en situaciones donde los lechones no tengan acceso al calostro materno.
- Cuidado de la salud mamaria de la cerda: Prevenir y tratar mastitis y otras afecciones que puedan comprometer la producción y calidad del calostro.
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